– Nuestra historia
En esta perspectiva, trabaja para crear conciencia e informar sobre la dignidad y complementariedad de cada vocación dentro de la sociedad civil y a su servicio. Según la doctrina de la Iglesia, los fieles de Cristo son de hecho iguales en dignidad, aunque tienen vocaciones diferentes y complementarias: “Entre todos los fieles, por su regeneración en Cristo, hay en dignidad y actividad una verdadera igualdad en virtud de la cual todos cooperan en la edificación del Cuerpo de Cristo, según la condición y función propia de cada uno. «(CIC, canon 208)
La dimensión antropológica de estos trabajos podría reflejarse en el futuro en una mejor comprensión de las vocaciones laicales que no son medias vocaciones ni vocaciones de segundo rango, sino que se despliegan dentro de la llamada universal a la santidad, fundada en el bautismo que introduce en la Comunión Trinitaria, y que fue recordado con fuerza por el Concilio Vaticano II: « Provistos de medios salvadores de tal abundancia y tal grandeza, todos los que creen en Cristo, cualquiera que sea su condición y estado de vida, son llamados por Dios, cada uno en su camino, a una santidad cuya perfección es la del Padre mismo ”(Concilio Ecuménico Vaticano II, Lumen Gentium, n ° 11) Y el Papa Francisco comenta: “ “Cada uno a su manera” dice el Concilio. Por eso, no debemos desanimarnos cuando contemplamos modelos de santidad que parecen inaccesibles. Hay testigos que son útiles para animarnos y motivarnos, pero no para que los copiemos, porque incluso nos puede alejar del camino único y específico que el Señor quiere para nosotros. Lo importante es que cada creyente discierna su propio camino y saque a la luz lo mejor de sí mismo, lo que el Señor ha puesto en él que es verdaderamente personal (cf.1 Co 12, 7) y que no se agota tratando de imitar algo que no estaba destinado a él. Todos estamos llamados a ser testigos, pero hay muchas formas existenciales de testificar. »
Al mismo tiempo, se trata de comprender el papel propio del sacerdocio y de la vida consagrada que, junto con las vocaciones laicales, constituyen los tres modos en que los fieles de Cristo realizan la llamada a la santidad inscrita en el bautismo.
El centro de investigación comenzará su trabajo en torno a los fundamentos teológicos del sacerdocio en la continuidad del Concilio Vaticano II y debidamente arraigado en la Gran Tradición de los Padres de la Iglesia.
I A PROPOSITO DEL LOGOTIPO
Los tres peces representan al mismo tiempo las tres personas divinas: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo; ya la vez los tres estados de vida: el estado de vida laical, el sacerdocio ministerial y la vida consagrada.
Finalmente, el círculo ha sido el símbolo de la eternidad desde la antigüedad: Dios es desde toda la eternidad. También nos recuerda la promesa de la vida eterna a la que todos estamos llamados.
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